UNIVERSIDADA TECNOLOGICA DE SANTIAGO
(UTESA)
TEMA: vías biliares
PRESENTADO POR:
Wilbertho JEAN 1-11-2989
PRESENTADO A:
DR JORDY DISLA
GRUPO: 010
ASIGNATURA: LAB ANATOMIA 2
FECHA: 25-11-2013
Tema:
Vías biliares
Los
conductos biliares y la vesícula biliar al igual que el hígado se originan a
partir de una evaginación ventral de la porción caudal del intestino anterior
alrededor de la cuarta semana de desarrollo embrionario. El denominado
divertículo hepático se divide en dos porciones una craneal que dará origen al
hígado y otra caudal que corresponderá a la vesícula biliar y el conducto
cístico que al unirse al conducto hepático conforman el colédoco, éste se une
al inicio a la cara ventral del duodeno, adoptando luego una posición dorsal
definitiva. Una vez permeable, el colédoco permite el paso de la bilis al
duodeno al cabo del décimo tercera semana, habiéndose iniciado su formación
durante el décimo segunda semana en las células hepáticas.
Para
estudiar la anatomía del aparato excretorio de la bilis se lo ha dividido en:
Conductos biliares intrahepáticos
Se
inician en los canales de Hering, que son conductillos o canalículos limitados
por la membrana de los hepatocitos; estos canales se continúan con conductos de
calibre progresivamente mayor hasta conformar el conducto hepático derecho.
Este drena los segmentos V, VI, VII, VIII y el conducto hepático izquierdo
formado por la confluencia de los ductos que corresponden a los segmentos II,
III, IV. Estas vías están recubiertas con epitelio cilíndrico, el cual tiene
funciones de secreción y absorción de agua y electrólitos modificando la bilis.
Vía biliar extra hepática.-
Está conformada por la unión de los conductos
hepáticos derecho e izquierdo, a nivel de la base del lóbulo derecho,
denominándose conducto hepático común. Su longitud varía entre 1cm y 2,5 cm con
un diámetro de 4mm a 5mm. El trayecto que sigue es hacia abajo en la parte
superior del ligamento hepatoduodenal, por delante de la vena porta y a la
derecha de la arteria hepática. El conducto hepático común, el hígado y la
arteria cística forman el triángulo de Calot. La importancia para el cirujano
de este punto referencial es que dentro
de este triángulo se puede encontrar la arteria cística, la arteria hepática
derecha y los nódulos linfáticos del conducto cístico. El conducto hepático se
continúa luego con el colédoco que adquiere este nombre al unirse al conducto
cístico, dependiendo del nivel de esta unión varía la longitud del colédoco que
aproximadamente es de 5,5 cm y 7,5 mm de diámetro. Este se dirige hacia abajo
y adentro, para terminar en la pared posterior de la segunda porción del
duodeno, uniéndose previamente con el conducto pancreático o de Wirsung antes
de terminar a nivel de la ampolla de Váter. Ambos conductos tienen sus
respectivos esfínteres aunque las variaciones anatómicas son frecuentes. El
conducto colédoco ha sido dividido en cuatro porciones: supra duodenal, retro
duodenal, pancreático e interparietal
La
irrigación del conducto hepático común y el colédoco está dada por arterias que
provienen de la arteria hepática. Las venas drenan a la porta y los linfáticos
a los ganglios del hilio hepático. La inervación está dada por el vago y
nervios simpáticos. Él conducto cístico tiene entre 0,5 cm y 4 cm de largo y se
inicia en el cuello de la vesícula. Este describe un trayecto hacia abajo,
atrás y a la izquierda del ligamento hepatoduodenal, a la derecha de la arteria
hepática y de la vena porta, desembocando luego en el conducto hepático común.
En su interior encontramos pliegues espirales o válvula de Heister, que
dificultan la exploración de esta vía. Hay muchas variaciones anatómicas del
conducto cístico, que deben tenerse presentes durante el acto quirúrgico.
Este
conducto cístico está irrigado por ramas de la arteria cística; sus venas
drenan a la porta y los linfáticos a los ganglios del hilio. La inervación está
dada por ramilletes del plexo posterior del plexo solar.
Vesícula Biliar.-
Es un
receptáculo músculo-membranoso en forma de pera, que mide aproximadamente de 8
a 10 cm de longitud, por 3,5 a 4 cm de diámetro. La vesícula se aloja en la
fosilla cística, ubicada en la cara inferior del hígado por fuera del lóbulo
cuadrado y en contacto con la pared abdominal a nivel del décimo cartílago
costal derecho. Normalmente la vesícula almacena de 30-60 cc de bilis siendo su capacidad máxima de 200 a 250 cc.
Para su
estudio la vesícula se divide en tres porciones:
a) Fondo: que es redondeado y romo,
corresponde al borde anterior del hígado. Este borde flota libremente por
encima de la masa intestinal y está recubierto totalmente por peritoneo. Hace
contacto con la pared abdominal a nivel 10° cartílago costal derecho.
b) Cuerpo: que posee dos caras: una
superior en contacto con la fosilla cística a la cual se halla unido por tejido
conjuntivo y vasos. La cara inferior es libre y convexa, recubierta por
peritoneo. Corresponde a la segunda porción del duodeno o del colon transverso.
c) Cuello: tiene una apariencia
tortuosa e irregular. En su interior tiene válvulas que delimitan el bacinete
vesicular; externamente se observa como una dilatación a la derecha del cuello
de la vesícula llamada pouch de Hartmann. El cuello se continúa inmediatamente
con el conducto cístico. El cuello es libre no se adhiere al hígado, pero está
suspendido por un meso peritoneal que contiene a la arteria cística, la vena,
los linfáticos y los nervios de la vesícula. El cuello de la vesícula
corresponde por arriba a la rama derecha de la vena porta; por abajo, descansa
sobre la primera porción del duodeno.
Histológicamente
la vesícula posee tres capas que son:
a) La
mucosa recubierta por epitelio cilíndrico que descansa sobre eminencias que le
dan la apariencia de tabiques. Existen glándulas de tipo mucoso llamadas
glándulas de Lushka, que abundan en el cuello. Esta mucosa cumple funciones de
absorción, elaboración y secreción de sustancias que luego son eliminadas hacia
la luz intestinal.
b) Una
capa fibromuscular en la que se encuentran los elementos elementos nerviosos.
c) Una
serosa que fija la vesícula a la fosilla cística, expendiéndose desde el cuello
hasta el fondo.
Irrigación.-
La
arteria cística, rama de la arteria hepática derecha es la encargada de irrigar
la vesícula, ésta se divide en una rama superficial que recorre la cara
peritoneal de la vesícula y otra rama profunda que se encuentra entre la
vesícula y la cara inferior del hígado. Hay que recordar que es una arteria terminal,
por lo tanto, cualquier proceso inflamatorio que interrumpa el flujo hepático
puede producir isquemia y necrosis de la vesícula. Ocasionalmente, pueden haber
variaciones en la anatomía de la arteria cística, presentándose como una doble
arteria cística, u originarse de otras arterias como la arteria hepática
izquierda, la arteria gastroduodenal, la arteria hepática común o del tronco celíaco.
Las venas tanto superficiales como profundas drenan hacia la vena porta,
mientras que los linfáticos desembocan en el ganglio cístico y en los ganglios
del surco transverso.
Inervación.-
La
inervación está dada por el simpático y por los nervios vagos.
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