UTESA
Nombre: Marie Johane Mirville
Matricula: 1-11-1420 grupo011
La vía biliar es un conjunto de ductos intra y
extrahepáticos por los que discurre la bilis producida en el hígado hasta desembocar en la segunda
porción del duodeno.
La bilis que excreta el hígado es
recolectada por finos canalículos bilíferos que van confluyendo en los canales bilíferos y otros de mayor calibre hasta la porta hepática. Cada porción hepática tiene su ducto biliar (derecho e izquierdo); ambos se
funden en un ducto hepático común, que se une al ducto cístico –procedente de la vesícula biliar– para formar el ducto colédoco encargado de llevar la bilis hasta
la porción descendente del duodeno.
La vesícula biliar está alojada en la fosa de la vesícula biliar, en la cara visceral del hígado.
Consta de un fondo, cuerpo, infundíbulo y cuello que se continúa con el ducto
cístico. La túnica mucosa es sumamente irregular, en forma de panal de abeja,
antes de continuarse con el ducto cístico. En la vesícula la secreción biliar
se almacena hasta que un estímulo adecuado causa su liberación por la
contracción de su pared muscular.
La bilis, a partir de la unión entre
el ducto cístico y el ducto hepático común, sigue por el ducto colédoco que
discurre por el borde libre del omento menor (ligamento hepatoduodenal). Luego
se coloca por detrás de la porción superior del duodeno, atraviesa la cabeza
del páncreas para drenar finalmente en la porción descendente del
duodeno en la papila duodenal unido al ducto pancreático. La arteria hepática
derecha emite la arteria cística destinada a la irrigación de la vesícula
biliar. Las relaciones entre la arteria cística y el ducto cístico son de
importancia quirúrgica en la extirpación de la vesícula biliar.
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